La huella del ser humano a lo largo del tiempo ha dejado tras de sí parajes irreconocibles por el deterioro del entorno, provocando incluso la desaparición de diversas especies. La problemática del deterioro de la naturaleza repercute de forma directa en los arrecifes de coral, que actualmente suponen una preocupación mundial debido a la riqueza de los ecosistemas que albergan.

Un equipo de arquitectos y científicos marinos de la Universidad de Hong Kong ha desarrollado un sistema de estructuras impresas en 3D para ayudar a la repoblación de los arrecifes de coral. El proyecto consiste en la fabricación en 3D de una especie de baldosas de arcilla con estructuras internas donde los arrecifes de corales pueden sujetarse, fomentando así el crecimiento de los corales.

Imagen 1: Impresión 3D de baldosas para repoblar arrecifes de coral. Fuente: Universidad de Hong Kong.

Estas baldosas, gracias a sus estructuras internas que recuerdan a laberintos, permiten a los corales crecer fuertes con cierta protección. Para ello, primero se deben “sembrar” con fragmentos de coral y esperar a que estas especies colonicen otras baldosas.

Imagen 2: Buzos "sembrando" las estructuras impresas en 3D. Fuente: Universidad de Hong Kong.

Actualmente, el equipo de la Universidad de Hong Kong ha logrado cubrir un área de 40 m2 frente a la costa de Hong Kong y estudia los avances y la efectividad del proyecto, obteniendo resultados muy positivos.

La importancia de los materiales sostenibles para impresión 3D

Para el desarrollo de este proyecto no se han utilizado filamentos plásticos ni resinas, sino que se ha utilizado terracota.

La elección de este material con base de arcilla minimiza el impacto medioambiental debido a su origen natural. Otros materiales como el hormigón podrían alterar el ecosistema y la química del agua del entorno.

Imagen 3. Estructura impresa en 3D con terracota. Fuente: Universidad de Hong Kong.

Sin duda, este tipo de iniciativas y los buenos resultados obtenidos hasta el momento, ponen de manifiesto que la tecnología, a pesar de contribuir al deterioro ecológico en cierta medida, también se puede utilizar como herramienta para desarrollar soluciones y sanar los ecosistemas dañados.