Publicado el 23/07/2025

Cómo ensayar componentes producidos mediante fabricación aditiva

En sectores tan exigentes como el aeroespacial o la industria avanzada, la fabricación aditiva o impresión 3D ha pasado de ser una herramienta de prototipado a una solución de producción funcional. Pero con esta transición llega una exigencia inevitable: garantizar la calidad y fiabilidad de cada componente impreso. ¿Cómo asegurarnos de que una pieza 3D cumple con los requisitos técnicos cuando está destinada a soportar cargas reales, vibraciones o condiciones ambientales extremas?

Este artículo aborda en profundidad cómo se ensayan los componentes producidos mediante fabricación aditiva, centrándose especialmente en tecnologías basadas en polímeros como FDM, SLA y SLS, sin perder de vista las lecciones extrapolables al ámbito del metal.

¿Por qué es imprescindible ensayar piezas impresas en 3D?

La adopción de impresión 3D en la industria no deja de crecer. En sectores como la aeronáutica, automoción o energía, se valora especialmente la libertad de diseño, la ligereza estructural y la capacidad de fabricar bajo demanda. Sin embargo, a diferencia de los métodos tradicionales, la fabricación capa a capa introduce variables específicas como porosidad interna o adhesión entre capas deficiente.

Esto hace que las empresas opten por aplicar protocolos de ensayo rigurosos. No se trata solo de cumplir normativas: se trata de generar confianza. En sectores críticos, validar una pieza impresa no es una opción; es la única vía para convertir una innovación en un estándar fiable.

Métodos destructivos: llevar las piezas al límite

Los ensayos destructivos permiten medir directamente los límites mecánicos y físicos de una pieza. Aunque implique inutilizar el componente, estos datos son fundamentales para validar materiales y procesos.

Fuente: Twi-global.Com.

Ensayos de resistencia mecánica

Una de las pruebas más comunes es la tracción: se somete una pieza impresa que recibe el nombre de probeta de ensayo, (normalmente con geometría estandarizada) a una fuerza creciente hasta su rotura. Así se obtienen propiedades como la resistencia máxima a tracción, el módulo de elasticidad y la elongación.

Para piezas que soportan cargas o flexiones, los ensayos de compresión y flexión son esenciales. Determinan si un soporte impreso en FDM o una carcasa producida en SLS resistirán sin agrietarse ni deformarse.

Particular atención merecen los ensayos sobre adhesión entre capas en impresiones FDM. Muchas fallas se producen entre estratos mal fundidos, por lo que es habitual imprimir muestras en distintas orientaciones para evaluar su anisotropía estructural (cómo se comporta mecánicamente en diferentes direcciones).

Fatiga e impacto: simular el uso real

En entornos como el aeroespacial, las piezas están sometidas a cargas cíclicas constantes. Para evaluar la vida útil, se somete a la muestra a miles o millones de ciclos de carga hasta que se produce la falla. Este tipo de ensayo es clave para componentes de UAVs o soportes mecánicos en automoción.

Por otro lado, los ensayos de impacto —como el test Charpy— permiten conocer cuánta energía absorbe una pieza antes de fracturarse. Esto es especialmente relevante en piezas fabricadas en SLA, donde la fragilidad puede ser un problema crítico si no se controla.

Ensayos ambientales y de vibración

La resistencia térmica y la estabilidad frente a la humedad son otras variables importantes. Las piezas pueden ser sometidas a ciclos de temperatura o entornos controlados para detectar deformaciones, ablandamientos o degradación del material.

En aplicaciones aeroespaciales, también se realizan ensayos de vibración. Las piezas impresas se montan en plataformas de agitación para simular condiciones de vuelo o lanzamiento, validando su integridad estructural y funcional.

Cuando una pieza falla en alguno de estos ensayos, se realiza un análisis detallado de fractura. Estudiar la superficie rota revela si el fallo fue causado por una porosidad interna, una mala adhesión de capas o la inclusión de un material extraño. Este aprendizaje permite mejorar el proceso de impresión en futuras iteraciones.

Métodos no destructivos: inspección sin sacrificar la pieza

En muchas ocasiones, especialmente cuando se trata de piezas costosas o únicas, es imprescindible evaluar su integridad sin dañarlas. Aquí entran en juego los ensayos no destructivos (NDT).

Inspección visual y dimensional

El primer paso es siempre una inspección visual detallada. Grietas, capas mal fusionadas o deformaciones superficiales pueden ser indicios de defectos internos. En piezas de alta precisión, se utilizan lupas o microscopios.

Para asegurar que las dimensiones se ajustan al diseño, se emplean calibres, micrómetros o máquinas de medición por coordenadas (CMM). En geometrías complejas, los escáneres 3D (láser o luz estructurada) permiten comparar directamente la pieza con su modelo CAD, detectando desviaciones milimétricas sin contacto físico.

Radiografía y tomografía computarizada (CT)

Mediante rayos X, es posible visualizar defectos internos como poros, fisuras o material sin fusionar. Es una técnica habitual para piezas de SLS o MJF (Multi Jet Fusion) que deben garantizar homogeneidad interna.

La tomografía computarizada va un paso más allá: genera una imagen tridimensional del interior de la pieza. Esto no solo revela microdefectos, sino que también permite medir grosores de pared y geometrías ocultas, como estructuras reticulares internas. En el sector aeroespacial, es una práctica estándar para componentes críticos.

Ultrasonidos y otras técnicas avanzadas

Los ensayos por ultrasonidos emplean ondas sonoras de alta frecuencia para detectar imperfecciones internas. Aunque más comunes en metales, están ganando terreno en polímeros gracias a técnicas como los ultrasonidos en arreglo faseado, que mejoran la resolución.

La termografía infrarroja, por su parte, permite identificar delaminaciones internas a través del análisis de los patrones de enfriamiento de una pieza calentada. Y métodos como la shearografía láser detectan deformaciones superficiales que delatan defectos subyacentes.

En superficies muy lisas, también puede aplicarse la inspección por líquidos penetrantes para identificar fisuras microscópicas. Aunque menos frecuente en polímeros rugosos, sigue siendo una herramienta válida en piezas de SLA.

Monitorización in-situ: control de calidad durante la impresión

La evolución de la fabricación aditiva no solo ha mejorado la precisión de impresión, sino también las capacidades de supervisión durante el proceso. Hoy en día, muchas impresoras industriales incorporan sistemas de monitorización in-situ que permiten detectar defectos en tiempo real, antes incluso de que la pieza esté terminada.

Control en tiempo real: una inspección continua por capas

Algunas impresoras FDM y SLS de gama alta están equipadas con cámaras que supervisan visualmente cada capa, o con láseres que miden el grosor y la correcta fusión del material. En SLA, existen sensores que controlan el curado de la resina. En impresión metálica, estos sistemas analizan la temperatura de la cámara de fusion o detectan sonidos anómalos que podrían indicar formación de poros.

Fuente: Vc-xray.Com.

Este tipo de control permite identificar fallos como deformaciones, obstrucciones en el extrusor o errores del recoater. Si se detecta una anomalía, el sistema puede detener la impresión o ajustar parámetros automáticamente. Así, se evita producir piezas defectuosas desde el principio, reduciendo la necesidad de pruebas correctivas posteriores.

Valor añadido para aplicaciones críticas

Aunque esta supervisión no sustituye a los ensayos finales, aporta una capa adicional de seguridad, especialmente en aplicaciones aeronáuticas. Saber que cada capa ha sido controlada durante la fabricación genera una trazabilidad técnica de gran valor en procesos de certificación. Para quienes gestionan líneas de producción aditiva, invertir en impresoras profesionales con funciones de monitorización avanzada no solo mejora la calidad, sino que convierte el propio equipo en una herramienta de aseguramiento.

Normativas y aseguramiento de calidad en fabricación aditiva

A medida que la fabricación aditiva se consolida en entornos industriales, también lo hacen los marcos normativos que rigen la validación de materiales, procesos y productos impresos en 3D.

Certificación de piezas fabricadas por impresión 3D

Organismos como ASTM, ISO y SAE ya han desarrollado normativas específicas para ensayar y certificar piezas fabricadas aditivamente. En el sector aeroespacial, por ejemplo, existen especificaciones que definen las propiedades mínimas de los materiales y los métodos de ensayo requeridos.

Además, en sectores regulados como la aviación o la medicina, no solo la pieza debe superar ensayos técnicos: el proceso completo de fabricación debe estar certificado. Esto implica documentar la calibración del equipo, la trazabilidad del material, la formación del operario y la repetibilidad estadística de los resultados.

Una práctica habitual en producción es incluir piezas de ensayo dentro del mismo trabajo de impresión. Así, por cada lote de piezas funcionales, se fabrican piezas de prueba que se someten a ensayos destructivos. Solo si estas muestras cumplen los criterios establecidos, se valida el resto del lote.

Mejores prácticas en calidad para impresión 3D

La consistencia del material y del proceso es clave. Esto implica usar materiales certificados, almacenar correctamente filamentos y resinas para evitar que se vean afectados por la humedad, calibrar las impresoras con regularidad y controlar el ambiente de impresión.

Muchas empresas recogen y analizan todos los datos de ensayo, aplicando técnicas de control estadístico de procesos (SPC) para detectar tendencias. Si, por ejemplo, se observa una caída progresiva en la resistencia mecánica, se pueden ajustar parámetros antes de que afecte a la producción en masa.

Las buenas prácticas del sector aeroespacial están siendo adoptadas por otras industrias, como la automoción o la médica. Aunque no todas requieren el mismo nivel de control, aplicar protocolos de validación inspirados en los estándares más exigentes eleva la calidad general del ecosistema de fabricación aditiva.

Fuente: All3dp.Com.

Consejos prácticos para implementar ensayos en fabricación aditiva

Elegir el material adecuado y validarlo

Cada material tiene propiedades específicas que deben conocerse y verificarse. Si un filamento técnico indica una resistencia a tracción de 50 MPa, lo recomendable es imprimir una probeta y ensayarla para comprobar si se alcanza ese valor en tus condiciones de impresión. Esto garantiza que los datos del proveedor se reproducen en tu entorno.

Además, optar por materiales industriales y certificados reduce la variabilidad entre lotes y mejora la repetibilidad. Aunque su precio sea superior al de filamentos básicos, su consistencia y soporte técnico justifica la inversión, especialmente cuando se fabrican piezas funcionales.

Equipamiento de ensayo e inspección

Tener capacidad de ensayo interna (como una máquina de tracción o un escáner 3D de precisión) permite validar resultados rápidamente. Para inspecciones más avanzadas (tomografía, vibración, fatiga), conviene externalizar a laboratorios especializados. Esto evita inversiones excesivas en etapas tempranas y permite escalar progresivamente.

Por otro lado, las propias impresoras industriales pueden integrarse en la estrategia de calidad: muchas registran parámetros clave (temperatura, humedad, imágenes por capa), que pueden ser analizados para detectar desviaciones.

Rigor con eficiencia: planes de ensayo por tipo de pieza

No todas las piezas requieren los mismos ensayos. Establecer niveles de criticidad (pieza funcional crítica, utillaje auxiliar, prototipo visual) permite asignar recursos de forma inteligente. Una pieza de vuelo puede requerir tomografía y pruebas mecánicas completas; una carcasa de herramienta, solo inspección visual.

Además, imprimir piezas adicionales o duplicados para ensayo permite validar sin comprometer la funcionalidad, y acelerar los ciclos de iteración cuando hay que ajustar parámetros de impresión.

Conclusión: Innovación con garantía de éxito.

El éxito de la fabricación aditiva en sectores industriales no depende únicamente del diseño o del material: depende de probar, verificar y asegurar cada paso. La impresión 3D ha demostrado estar a la altura de exigencias críticas, desde piezas aeronáuticas hasta componentes funcionales en fábrica. Pero cada una de esas piezas pasó —literalmente— por un banco de pruebas.

Fuente: 3dprint-uk.Co.Uk.

Este artículo quiere demostrar que cualquier empresa, desde un gran fabricante hasta una pyme industrial, puede instroducir impresión 3D en sus procesos. Implementar ensayos adecuados, elegir materiales certificados, controlar procesos y aprovechar tecnologías de inspección modernas es la clave para hacerlo con éxito.

Y para ello, contar con proveedores técnicos que ofrezcan materiales industriales, impresoras con monitorización avanzada y herramientas de inspección integradas, es una ventaja estratégica. El futuro de la fabricación aditiva pasa por unir innovación y control. Con cada ensayo, se fortalece no solo la pieza, sino la confianza en esta tecnología.

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